CARBIO INSISTIRÁ CON SUS GESTIONES PARA ACCEDER AL MERCADO DE EEUU

El director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), Víctor Castro, sostuvo que espera “que reine la cordura y que con un entendimiento político se pueda acceder a un acuerdo, aunque sea en forma limitada”.

Días atrás, CARBIO cuestionó la decisión de la Corte Internacional de Comercio de los Estados Unidos de desestimar la apelación presentada por la decisión del Departamento de Comercio de ese país de mantener derechos compensatorios por 146% al biodiesel argentino a pesar de la revisión de cambio de circunstancias solicitada oportunamente por el Gobierno argentino. La entidad insistió en que “no existieron ni existen condiciones de dumping ni de subsidios en las exportaciones de biodiesel de soja”.

En diálogo con Ser Industria Radio, Castro afirmó que es muy importante recuperar este mercado que representó exportaciones por más de 1100 millones de dólares en 2016 y dijo que la decisión se basa en una postura proteccionista. También se refirió a la ley de Biocombustibles y al cambio de matriz energética.

¿Qué implica la decisión de la Corte Internacional de Comercio de Estados Unidos? 

Esto forma parte de una investigación que pidió, por supuestas prácticas de subsidios y de dumping, la industria productora de biodiesel de los Estados Unidos al departamento de Comercio de ese país en el 2017. Concluyó con injustificados y disparatados derechos y aranceles que nosotros tenemos que pagar para ingresar ahí, del orden del 146%, lo que nos ha dejado afuera de un mercado que para 2016 había representado exportaciones por más de 1100 millones de dólares. Para Argentina fue un golpe muy duro, porque representaba el principal producto de exportación a ese momento, que ya teníamos deficitario y que aumentó muchísimo más. Es una medida que habla a las claras por sí sola de la improcedencia, porque estaban cuestionando ciertos temas de los manejos de los diferenciales de los derechos de exportación en el complejo soja entre el aceite y el biodiesel, que hoy representan nada más que el 2% y nos aplican un derecho de 146% en forma combinada. 


¿En este caso Estados Unidos dificulta la llegada de los productos argentinos?

Evidentemente es una medida proteccionista que fue apelada porque pedimos una revisión al departamento de Comercio. En principio habían sacado el tema de subsidios en una determinación preliminar y después, en la determinación final, se mantuvieron con lo que habían puesto originalmente, por cambios que ellos aludían que nosotros habíamos tenido entre nuestros derechos de exportación. Realmente estas apelaciones para nosotros van a seguir. Ya habíamos tenido este cuestionamiento con Europa, donde la Argentina fue a la Organización Mundial de Comercio (OMC) e hicimos un panel donde ganamos. Después llegamos a un acuerdo de acceso al mercado europeo, donde estamos exportando y pudimos demostrar que no incurrimos en ninguna práctica desleal. Este tema es recurrente en la parte comercial. En la parte agroindustrial no solamente tenemos barreras arancelarias muchas veces como éstas, sino también con la cuestión sanitaria. Son medidas que hay que cuidar para establecer la inocuidad de los alimentos y también lo ambiental es un tema muy importante a tener en cuenta: Muchas veces ciertos países se abusan de estos requisitos y terminan poniendo barreras al comercio, arancelarias o pararancelarias. Desde la Cámara, estamos empujando, hemos puesto a disposición toda la información requerida, colaborado en forma plena, porque no tenemos nada que ocultar. Seguimos en los procesos de apelación, muy acompañados por la Cancillería y la embajada argentina en los EEUU. Los argentinos nos podemos sentir tranquilos por la calidad técnica de los funcionarios que tenemos en el ámbito de entendimiento ya sea de solución de controversias a nivel bilateral de países como en la OMC.

¿Cuál es la importancia del mercado de EEUU para el biocombustible argentino?

Es un mercado importante, del nivel de lo que tenemos con Europa. Llegamos a exportarles 1.200.000 toneladas sobre una capacidad de 3.800.000 que tenemos actualmente. Pero, además, es imposible reemplazar ese mercado, con ese volumen. Los mercados están creciendo y se van abre nuevas oportunidades poco a poco, porque los biocombustibles van encontrando lugar en la transición que se está llevando a cabo en todo el mundo hacia matrices energéticas más amigables con el medio ambiente. Pero realmente lo que nos pasa cuando tenemos estos problemas o cuando se baja el corte en el mercado interno, es que, básicamente, tenemos que primarizar exportaciones. Esto es menos trabajo acá y enviar productos con menos procesos laborados, tenemos que sobre ofertar el mercado de aceite con la consecuente caída de los precios. Trabajé muchos años en la Cámara que representan la industria semillera, en temas de biotecnología y cuando empecé a trabajar con el biodiesel me dijeron “te fuiste de una punta que era la semilla de soja a la otra punta que es el biodiesel”. Ahora les digo, ya no estoy en la otra punta porque hay un subproducto de la soja que es la glicerina. Cuando empezó esta historia del biodiesel y se hacían los primeros análisis de negocios, se decía cuánto era el costo de descartar la glicerina porque era un nicho muy chico. Hoy ya hay industria de industria, empresas que pusieron plantas de refinado de la glicerina cruda que sale del biodiesel y se vende a lugares que antes no se utilizaba. Se usaba un poco de glicerina que venía de la industria del petróleo. Hoy se usa para artículos de limpieza, cosméticos, pastas de dientes… es increíble, porque de un grano de soja que antes exportábamos como tal, hoy no solamente sacamos harina proteica para alimentación animal, sino que también aceite para alimentación, tintas, otros derivados para alimenticios, biocombustibles y nos lavamos los dientes. Tenemos que entender, que no solamente vamos a primarizar las exportaciones, si no que perdemos una oportunidad de inversiones y desarrollo en la cadena a partir de un grano que lo hacemos con agua de lluvia y energía del sol, con trabajo 100% de insumos nacionales.

¿Los productores de EEUU denuncian a los argentinos de comercio desleal porque recibirían subsidios?

Si ellos tuvieran razón, nos deberían muchísimo dinero, porque implica que, si exportás por mil recibimos dos mil quinientos, tendríamos el 146% de subsidio de lo que exportamos. Es una locura, disparatado lo que pusieron. Cuando ves los cálculos que ellos dicen, toman en cuenta como si la soja saliera del Misisipi a la Argentina se procesara y después volviera. Son cálculos en base a los protocolos que tienen ellos. Lamentablemente, la OMC no tiene activado su cuerpo de apelaciones, cosa de que si vos tenés una sentencia a favor y el otra apela queda abstracta y tarda siempre muchísimo, dos años, dos años y medio, con los costos que implica. Pero realmente estamos esperanzados que en algún momento habrá algún intercambio bilateral, alguna decisión política por parte de los EEUU para establecer un acuerdo que nos permita retomar, aunque sea en forma acotada, este mercado. Siempre hemos cumplido todas las pautas de calidad que ellos tienen, estamos en forma muy competitiva. También beneficiaría al consumidor de ese país. Esperamos que se abra esta puerta política, no incurrimos en ninguna práctica desleal de comercio y cumplimos todos los requisitos de calidad que requieren.

¿La única vía abierta es el diálogo entre ambas partes?

Todavía hay instancias de apelación y la instancia de la OMC si Argentina lo determina, es una decisión de país, no hay instancias privadas. Pero son procesos muy largos, siempre tardan muchísimo. Esperamos que reine la cordura y que con un entendimiento político se pueda acceder a un acuerdo, aunque sea en forma limitada.

¿Haber superado una situación similar con la Unión Europea, no se aprecia como antecedente?

Cada país también tiene sus formas de regular, sus improntas y su sistema para proteger a su industria. La cadena de soja, como de toda la agroindustria,  tiene un peso muy fuerte en ciertos Estados y en los EEUU han hecho muchísima presión a nivel del Congreso. Inclusive han hecho un trabajo de lobby para imponer su posición proteccionista muy fuerte.

Este año ha sido muy bueno para la soja. ¿Cómo proyectan el 2022?

En cuanto a los renovables en general, a nivel mundial, el gran punto a tener en cuenta para considerar inversiones y para ver cuál es la llave del negocio está en la disponibilidad de materia prima. Arabia Saudita hizo la planta de energía eléctrica a base de paneles solares más grande del mundo, porque tiene la plata y es uno de los países con más horas luz del planeta. Finlandia tiene su planta de energía eléctrica de las más grandes, hecha en base a residuos de madera porque su industria forestal es fenomenal. Argentina, al igual que EEUU y Brasil, basan su biodiesel en aceite de soja, porque es lo que sobra. Somos el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, producimos aproximadamente 7, 8 millones de toneladas de aceite, producto de la molienda de 50 millones de toneladas de soja y casi es todo para exportación. De aceite de soja, utilizamos medio millón para el mercado interno, mucho para mayonesa, algunos preparados y aceites mezclas, pero básicamente se consume mucho girasol en Argentina. Somos muy poco consumidores, básicamente es para mercado de exportación, tenemos una disponibilidad muy amplia de aceite de soja. 


Queda claro que se destina poco para el biodiesel…

En Argentina lo máximo que hemos llegado a transformar como biodiesel es un 35% de todo el producto, así que tenemos materia prima para seguir creciendo, reponiendo y que dé lugar, a partir de un biocombustible renovable, entrar en la industria oleoquímica, que hoy es a partir de fósiles. Pero a partir de un producto renovable como plásticos, como hablaba con la glicerina, con cosméticos y demás, realmente abre una puerta muy grande. No olvidemos que el petróleo no termina en el tanque del auto. Si vemos la ropa que tenemos puesta, es petróleo, las paredes es petróleo, estamos sentados en una silla con plástico que es petróleo, usamos un celular que es petróleo. Pensamos que hay lugar para la Vaca Muerta y para la vaca viva. Además, hay una realidad. La presión que estamos teniendo y que cada día se incrementa más para exportar productos sustentables, hacen que tengamos que hacer una matriz productiva nacional totalmente sustentable. Si no, no llegaremos a los parámetros de reducción de emisiones que te exigen, certificar que la huella llegue a tanto. Empezaron en 2009 en un 35% y hoy estamos al 60% de reducción de emisiones respecto al gasoil que tenés que exportar a Europa. No se puede hacer aisladamente todo un circuito para lo que es exportación y otro para el mercado interno, con menos huella de carbón. También tenemos que empezar a discutir no solamente reducción de emisiones sino el balance de carbono, porque cuando sacás el petróleo del carbón y lo mandas a la atmósfera, es una cosa y cuando mandas a la atmósfera carbono que después lo recupera la misma planta que hace el círculo, hablamos del balance del carbono, no de lo que emite cuando producimos solamente. Tenemos que dar las discusiones con sustento técnico, para no caer en proteccionismo verde en medidas paraarancelarias y en cierres de mercados. Tenemos las herramientas para poder defenderlo.

Hay una nueva ley de biocombustibles, ¿Van a intervenir en la reglamentación?

La ley estableció que habíamos llegado a un 10% de corte y se redujo a la mitad en el caso del biodiesel. Esperemos que se pueda retomar esa senda que teníamos y se pueda promover el uso, tenemos que asumir la reducción de emisiones por el compromiso de cambio climático que se estableció en la Convención de París en el año 2015. Hay una ley nacional que indica la progresividad, cuando se avanza en reducciones no se puede volver atrás y eso es lo que hicimos con la baja del corte. Tenemos que establecer cómo se puede ir reduciendo e ir bajando. Como comenté, las presiones por tener una matriz productiva sustentable están dadas porque somos un país agro exportador y no va a ser sólo el biodiesel, es también el aceite… Todo va a tener una presión de afuera y llegará un momento en que dirán “es sustentable o no”, porque si no lo es no lo comprarán. Podrás patalear lo que quieras, pero no va a haber un doble estándar. Como siempre dicen, la edad de piedra no se terminó porque se terminaron las piedras, sino porque se fue avanzando en otras cosas y el petróleo no se va a terminar porque se acabe, sino por la necesidad que tenemos de ir a otras fuentes que sean mucho más amigable con el medio ambiente. Debemos establecer pautas de más amigabilidad con nosotros mismos, inclusive el desarrollo tecnológico de una economía circular, la bioeconomía, aprender un poco más de la naturaleza.


¿Ya debe tomarse a la adopción de biocombustibles como prioridad?

De a poquito lo vamos entendiendo. Creo que van a ayudar muchísimo en la transición porque hay alternativas que son muy válidas, se está hablando mucho del hidrógeno, de la electromovilidad, pero requieren enormes inversiones en infraestructuras y manejo. Sobre todo el hidrógeno que no hay, la electrificación incluye temas medioambientales, cómo producimos la electricidad y el impacto enorme que va a tener en la economía. Porque cada motor y auto eléctrico, son tres mil partes menos que tiene, no va a haber filtro de aire, filtro de combustible, válvulas, todo como lo entendemos hoy, hay muchísimas fábricas que van a quedar cerradas. ¿Qué vamos a hacer con todo eso? Tenemos esta alternativa, los biocombustibles para esta transición. El reacomodamiento de la economía con la industria automotriz, será muy fuerte.

Es un gran desafío desde lo ambiental y social…

Hay estudios en los países más desarrollados de cuánto impactará cambiar de motores, cuántos puestos de trabajo se podrán absorber, porque algunos van a ir a trabajar con los motores eléctricos en el bobinado. La fábrica de válvulas Basso que tenemos acá, que exporta y le vende hasta a Ferrari, cuando todos los motores sean eléctricos. eso no va más ¿qué vamos a hacer con todos estos muchachos? Entonces todo hay un cambio. Como pasó alguna vez con la gente de Kodak, que de la fortuna que hacía vendiendo los rollitos de fotos y ser una de las empresas más grande del mundo, dejó de cotizar en la bolsa. Son cosas para ir pensando y entendiéndolas, mientras nos come el día a día porque hay que seguir pagando cheques cada quincena.