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PENSANDO LA TRANSICIÓN: DESARROLLO SUSTENTABLE, ENERGÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO A LARGO PLAZO

El debate sobre los modelos de desarrollo (incluyendo los propuestos por el neoliberalismo y el neoestructuralismo) es intrínseco al abordaje de política climática y energética, especialmente si pensamos en un esquema inclusivo y sustentable.

En tal sentido, se podría decir que los modelos hasta aquí implementados redundan en un esquema de explotación de los recursos naturales y refuerzan la división internacional de trabajo entre países desarrollados y en desarrollo. 

Como hilos conductores para trabajar estos temas, resulta de interés examinar la discusión Estado-mercado, con relación al extractivismo y la contaminación, así como revisar la brecha norte-sur.

La llegada del COVID-19 puso al mundo en cuarentena, pero también obligó a muchos a repensar el rol del Estado tanto como la necesidad de volver a pensar en el largo plazo. Pero aún cuando hayamos superado la pandemia, la humanidad enfrenta un riesgo mucho mayor: el cambio climático. La comunidad científica ha prestado evidencia que corrobora lo cercano que nos hayamos de atravesar determinados “puntos críticos”, lo cual desencadenaría terribles efectos sobre la vida en la tierra. Bajo un esquema “business as usual” (de un escenario sin políticas al respecto) en términos de acción climática insuficiente, el futuro resulta impredecible. A diferencia del riesgo que entrañan otros dilemas ambientales, el cambio climático combina niveles de incertidumbre y vulnerabilidad. Tal situación impone repensar las acciones necesarias, incluyendo las medidas de adaptación y mitigación, así como las menos usuales opciones tecnológicas a nuestro alcance. Del mismo modo, la acción climática requiere un profundo debate sobre instrumentos financieros e inversiones compatibles con los objetivos del Acuerdo de París, incluyendo la neutralidad carbónica a 2050.  Esto hace pensar en un esquema de financiamiento para el largo plazo, promoviendo flujos financieros compatibles con una trayectoria de bajas emisiones de gases de efecto invernadero. 

La industria petrolera resulta un caso paradigmático. Existe un consenso generalizado acerca de lo riesgoso que resulta este tipo de actividad, más también la creciente incertidumbre que se observa en torno al problema del cambio climático. El mundo se enfrenta a numerosos riesgos, plural que denota la probabilidad de enfrentar desastres naturales (inundaciones, huracanes, sequías), tanto como la posible irrupción de “burbujas verdes” que terminen desencadenando nuevas crisis financieras, vinculado esto a una pérdida no anticipada o prematura en el valor de los activos. 

La propuesta de este panel se orienta a discutir soluciones climáticas desde Argentina en los siguientes campos de acción: financiero, inversiones, tecnológico, escenarios energéticos y políticos. En todos los casos, la propuesta radica en la decisiva transición hacia la conformación de sociedades hipo carbónicas.  

La actividad se encuentra co-organizada por el Área de Ambiente y Política de la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM, el Centro de Estudios en Políticas Ambientales de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR y el Centro de Estudios de Políticas Ambientales y Cambio Climático de la Universidad Nacional de Cuyo.