ARGENTINA DUPLICARÁ SU PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO EN MENOS DE CINCO AÑOS

La Cámara de Exploración y Explotación de Hidrocarburos proyecta un futuro promisorio para la producción de petróleo en Argentina: se espera que los actuales 750 mil barriles diarios se transformen en 1,5 millones hacia el final de esta década. Este salto cuántico en la capacidad productiva estará acompañado de un aumento en la producción de gas, que alcanzará los 240 millones de metros cúbicos diarios, consolidando al país como un actor clave en el mercado energético global.

El crecimiento sostenido del 12% anual acumulativo en la producción de crudo dependerá de la capacidad de transporte y del marco regulatorio. Con las inversiones y políticas adecuadas, no solo se garantizará el abastecimiento interno, sino que Argentina se posicionará como un proveedor seguro y confiable para el mundo.

El dinamismo de los hidrocarburos no convencionales será el motor de esta expansión. El shale oil, principal protagonista, representará el 80% de la producción nacional de crudo, alcanzando un impresionante 92% en la cuenca neuquina. Paralelamente, el shale gas dominará el escenario gasífero, aportando el 77% del gas natural producido para 2030.

Para alcanzar estos objetivos, la industria planea un incremento significativo en la cantidad de perforaciones: de los 16 equipos actuales se pasará a 47 hacia 2030, con un total de 554 pozos perforados por año. Esta dinámica también demandará un aumento en los sets de fractura, esenciales para la explotación no convencional.

El esfuerzo financiero será considerable. Se estima que la inversión en el upstream promediará los 1.800 millones de dólares anuales, y deberá complementarse con un aumento en la capacidad de evacuación de crudo y gas. Desde 2027, el nivel de inversión total podría rondar los 16.000 millones de dólares por año, marcando un hito histórico para el sector.

Uno de los mayores retos será adaptar las condiciones regulatorias para alinear los precios locales de los combustibles con los internacionales. Según la Cámara, el desacople de precios desde el año 2000 ha implicado una transferencia de recursos a los consumidores superior a 76.000 millones de dólares, resultando en combustibles más baratos, pero menor inversión en infraestructura y desarrollo.

La libre disponibilidad de divisas será crucial para garantizar la distribución de utilidades, el pago de deudas financieras y las importaciones de insumos clave. Solo así será posible alcanzar los ambiciosos objetivos planteados.

La perspectiva es clara: Argentina tiene a su alcance la posibilidad de consolidarse como una potencia energética global. Con el esfuerzo conjunto del sector público y privado, el país podría liderar la transición hacia un futuro energético más sostenible y competitivo.

Este escenario no solo augura un impacto positivo para la economía nacional, sino también una oportunidad única para reposicionar al país en el escenario geopolítico mundial como proveedor seguro de energía.