LOS NUEVOS EMPLEADOS PÚBLICOS QUE HACEN NEGOCIOS PETROLEROS A EXPENSAS DE BALCARCE 50

La administración libertaria llegó prometiendo un cambio radical en la gestión pública, con discursos de austeridad y transparencia. Sin embargo, detrás de esa fachada, surgen historias que parecen más propias del establishment que dicen combatir. En el centro de la polémica se encuentra una figura conocida: Natalia Basil, esposa de Fernando Cerimedo, actual director del medio Derecha Diario y empleado del Poder Ejecutivo bajo la gestión de Javier Milei.

Basil, además de dirigir el popular medio afín al oficialismo, es socia activa de la flamante sociedad Patagonia Energy Holdings, fundada en marzo de 2024 según consta en el Boletín Oficial (página 11, 8 de marzo). Esta empresa petrolera ya maneja operaciones en el yacimiento Aguada del Chivato, ubicado en Vaca Muerta, en colaboración con Federico Tomasevich, un nombre que genera dudas desde el inicio. Aunque presentado como “chileno”, en realidad está vinculado al Grupo Puente, una reconocida firma financiera del microcentro porteño con un historial de negocios controvertidos.

De los despachos al subsuelo
Patagonia Energy Holdings adquirió este yacimiento, previamente operado por los propietarios de Sodimac y Falabella, en un movimiento que habría sido financiado directamente por Tomasevich. Los lazos entre el Grupo Puente y el poder político parecen estar perfectamente lubricados: no es casualidad que Cerimedo, con su posición dentro del Poder Ejecutivo, figure como el principal vínculo detrás de esta operación.

La jugada no solo cuestiona la ética de los involucrados, sino también el discurso oficial. Mientras se recorta el gasto público y se desmantelan áreas clave de la administración estatal, los nuevos empleados del gobierno no parecen tener reparos en aprovecharse de su influencia para cerrar jugosos negocios.


El caso de Aguada del Chivato no es aislado. El yacimiento, estratégico para la explotación de gas y petróleo, requería una inversión multimillonaria que difícilmente habría sido posible sin la intervención de Puente y sus conexiones políticas. Según analistas del sector, esta adquisición pone en evidencia cómo actores privados con respaldo estatal pueden hacerse con activos claves del país.

Lo llamativo es que esta nueva elite gobernante no esconde sus intenciones. Los mismos que antes criticaban a la “casta” por hacer negocios desde el poder, hoy parecen replicar los vicios que prometieron eliminar.


Natalia Basil no solo dirige un medio de comunicación alineado al oficialismo, sino que además encarna la contradicción de ser parte de un gobierno que critica la “politización del Estado” mientras protagoniza estas maniobras. Sus vínculos con Cerimedo, su esposo y actual funcionario del Poder Ejecutivo, refuerzan la percepción de que los chicos “vinieron a hacer negocios”.

La sociedad civil y los medios independientes demandan explicaciones. ¿Qué papel juega el gobierno en estas operaciones? ¿Hasta dónde llegan los vínculos entre el poder político y el económico en la nueva gestión?

En Balcarce 50 no hay respuestas, solo silencio. Pero los hechos son claros: los negocios florecen bajo las sombras del discurso libertario.