EL PELIGRO DE LA DESREGULACIÓN INMOBILIARIA: UNA AMENAZA PARA LA PROFESIONALIZACIÓN Y LA SEGURIDAD JURÍDICA

El reciente intento del Gobierno Nacional de desregular la profesión inmobiliaria es un ataque directo a quienes nos hemos formado con esfuerzo, a quienes defendemos el ejercicio legal y responsable de esta actividad, y a quienes trabajamos día a día para proteger el patrimonio de nuestros clientes. No es una simple reforma, es una entrega del mercado a los inescrupulosos, a las franquicias que lucran con la ignorancia y a los oportunistas que buscan aprovecharse de la gente sin ningún tipo de control ni formación.


Gonzalo Sanfelippo, Martillero Público y Corredor de Comercio, lo dice claro y sin filtros:

"Escuché que somos un monopolio. ¿Acaso todas las profesiones son un monopolio? Con este criterio, mañana desregulemos la matrícula de los médicos y que cualquiera sea médico, que cualquier persona pueda operar. ¡Es absurdo!"

Está claro quiénes están detrás de este intento de golpe a los profesionales: las franquicias y las plataformas digitales, que creen que con solo tocar un botón pueden hacer lo que nosotros nos capacitamos años para hacer.

Si realmente fuéramos un monopolio, ¿por qué los clientes nos siguen eligiendo si nuestra función no es obligatoria? Porque nuestra labor es esencial y garantiza seguridad en cada operación.

Según diversas notas y publicaciones, el Gobierno Nacional busca desregular nuestra profesión. Sin embargo, hasta el momento no han salido a aclararlo oficialmente. Exigimos que lo hagan a la brevedad.

Como Martillero Público y Corredor Inmobiliario matriculado en la Provincia de Buenos Aires y en CABA, expreso mi rotundo rechazo a esta aberración legislativa que busca destruir nuestra profesión. No somos simples intermediarios, somos profesionales con formación universitaria, con conocimientos en derecho, tasación y negociación, cuyo rol es garantizar transacciones justas y seguras. Pretender que cualquiera pueda ejercer sin matrícula ni regulación es abrir las puertas al caos, a las estafas y a la inseguridad jurídica.

Desde hace años, los Colegios Inmobiliarios y los profesionales matriculados hemos dado batalla contra los ilegales del mercado: franquicias voraces, "asesores inmobiliarios" sin escrúpulos y vendedores improvisados que, sin conocimiento ni ética, perjudican a compradores, vendedores, propietarios e inquilinos. Ahora, el gobierno pretende legalizar esta precarización, despojándonos de nuestras herramientas de control y abriendo paso a la desprotección absoluta.

Las leyes 20.266 y 25.028 fueron creadas para evitar justamente esto: que el mercado inmobiliario sea un terreno sin reglas, donde cualquiera pueda engañar y especular sin consecuencias. Pero ahora, en nombre de una supuesta libertad de mercado, quieren borrar de un plumazo años de profesionalización, ética y regulación.

La desregulación que proponen significa:

1.      Eliminación de la colegiación obligatoria: Un retroceso que permitirá que cualquier persona sin formación opere sin control, poniendo en riesgo a miles de ciudadanos.

2.      Permiso para operar sin matrícula: Un desprecio total por quienes hemos estudiado y nos hemos formado profesionalmente, equiparándonos a improvisados sin conocimientos ni responsabilidad.

3.      Destrucción del rol de los Colegios Profesionales: Nos quieren quitar el único resguardo que nos permite combatir el ejercicio ilegal y la mala praxis.

4.      Afectación a la tasación de propiedades: Si no hay profesionales idóneos tasando, los precios serán arbitrarios, generando burbujas y pérdidas patrimoniales para las familias argentinas.

5.      Desprotección total de los consumidores: Sin regulación, los ciudadanos quedarán expuestos a fraudes, contratos abusivos y condiciones desventajosas.

No vamos a permitir que nuestra profesión sea pisoteada. No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras destruyen nuestra carrera y el esfuerzo de miles de colegas. Nos hemos capacitado, nos hemos formado y hemos luchado por un mercado inmobiliario justo, transparente y profesional. ¡NO a la desregulación! ¡NO a la entrega de nuestra profesión a los inescrupulosos! ¡Defendamos nuestra matrícula, nuestra formación y nuestra dignidad profesional!