ESTACIONES DE SERVICIO
OPINIÓN: LA IDEOLOGÍA DE LA CONVENIENCIA
Un gran pensador argentino se refería a la ideología del “dejar hacer y dejar pasar”, como “ir de compras al almacén, con el Manual de Compras en el Almacén, escrito por el mismo almacenero”.
Tras la reunión con el Sr. Director Nacional de Refinación y Comercialización Sr. Daniel RIGAU, es evidente que algunos de nuestros funcionarios que administran los intereses públicos en cuanto a la destilación, distribución y comercialización de los combustibles, lo hacen con el “Manual de
Administración de la Destilación y Comercialización de Combustibles” escritos por las empresas petroleras. Tal es así escuchando y analizando las palabras textuales del citado funcionario: “Nosotros no podemos entender en los contratos de las petroleras con las estaciones de bandera. Si hay irregularidades, hay que recurrir a la comisión de defensa de la competencia que regula los aspectos comerciales y allí deberían plantearse acciones no competitivas por sus proveedores”.
Cabe preguntarnos entonces, ¿de qué será el nombre de su propia Dirección que resulta que es de Refinación y Comercialización?. ¿Comercia el Estado?. ¿Comercia la Secretaría de Energía?.
Dentro de las grandes “bondades” que ofrece la Libertad, el Libre Comercio, justamente una es cuando los funcionarios afirman que “en eso no nos podemos meter”. Pues bien, en una lucha entre Mike Tyson (en este caso las empresas petroleras que imponen condiciones leoninas para los contratos de provisión con las Estaciones de Servicios) y un hombre empobrecido, que está
quemando sus magros capitales para poder mantener su salud, su existencia (en este caso las Estaciones de Servicios), obviamente que si dependiera de esta clase de funcionarios el resultado de la pelea está a la vista.
Sr. Director de Destilación y Comercialización, cuando Ud. dice “no nos podemos meter en eso”, está interviniendo a sabiendas en favor del más fuerte, del que tiene la sartén por el mango, indefectiblemente juega en contra de los más débiles. Cuando decimos de los más débiles lo decimos, porque el Estado, es decir estos funcionarios, no nos garantizan “márgenes de rentabilidad”, no nos garantizan “recupero de inversiones”, no nos subsidian “promociones impositivas”, como sí lo hacen con las empresas petroleras, a las que le
garantizan el recupero de su inversión y que, para colmo, son inversiones ficticias, porque el mismo Estado se las subsidia.
Pese a los discursos y diatribas del gobierno, al “neoliberalismo”, al “capitalismo”, a sus loas al intervencionismo estatal, el Estado es liberal con los poderosos, a los que les permite hacer remesas gigantescas de divisas al exterior, término elegante que esconde el más crudo FUGA DE
CAPITALES, y pone a los débiles en la más estricta expoliación fiscal, a reglas de juego incomprensibles e impracticables y en la amenaza constante de su guardia pretoriana fiscal.
Otra de las frases de color del funcionario en cuestión es que: “no es de su injerencia el tema de los contratos de las Estaciones de Servicios con las petroleras, ni con sus costos ni rentabilidad, sino en cuanto al abastecimiento de los combustibles”. Al respecto, cabe preguntarse ¿y los cupos que imponen las empresas petroleras a las Estaciones de Servicio de su propia bandera?.
¿Y los desmanejos del mercado mayorista que no congelan sus precios y ahí es donde obligadamente tiene que ir una Estación sin bandera (las llamadas blancas) para abastecerse ya que no tienen contrato de provisión?. ¿Hacia dónde miran esta clase de funcionarios, cuando permiten que las
petroleras apliquen precios diferenciados a estas estaciones?