DESABASTECIMIENTO DE COMBUSTIBLE: ESTACIONES DE BANDERA BLANCA DE CÓRDOBA DENUNCIAN SITUACIÓN “DESESPERANTE”

Los distribuidores mayoristas de nafta y gasoil no están entregando combustibles o los cobran más caros que el precio minorista. El problema, que también sufren los transportistas, se siente con fuerza en el interior.

En la intersección de la vieja ruta nacional 9 y la ruta provincial 13, en Pilar, Marisa Centenaro encabeza desde hace 20 años una estación de servicio de bandera blanca; es decir, que no representa a ninguna empresa petrolera en particular.
Y si bien ya atravesó otras crisis en estas dos décadas, asegura que la situación actual de desabastecimiento de combustibles que están viviendo es “desesperante”.
“Nafta no tengo desde el viernes de la semana pasada y gasoil me queda el último stock. Es triste ver una estación con los conos puestos y representa una pérdida de clientes, justo además en un mes complicado por el costo de sueldos y aguinaldos”, remarca Centenaro.

La empresaria encabeza además la Cámara de Expendedores de Combustibles del Interior de la Provincia de Córdoba (Cecipco), una agrupación que nuclea a alrededor de 40 estacioneros de Córdoba, en su mayoría también de bandera blanca.

Además, forma parte de un grupo denominado Estacioneros Autoconvocados de la República Argentina, que nuclea a unas 1.500 estaciones “blancas” de todo el país.

DESABASTECIMIENTO
El problema de estas empresas es que, al no tener una marca específica, no tienen un contrato de abastecimiento estable con las petroleras y se proveen a través de los distribuidores mayoristas, que son los primeros que sufren los ajustes cuando hay problemas con los precios atrasados de los combustibles.
Hace seis meses que los valores de la nafta y el gasoil están congelados, pero la inflación siguió su curso, por ende los costos también. Ahora las petroleras aseguran que no tienen margen para seguir operando de manera normal, y les cierran el grifo a los mayoristas.

Así, empezaron a disminuir la producción: el primer impacto se está sintiendo entre quienes se abastecen de combustible a granel, como las estaciones “blancas” y los transportistas. Las petroleras priorizan a sus clientes con bandera y sólo otorgan algún saldo al resto.


Pero es sólo la punta del ovillo: el presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha), Gabriel Bornoroni, advirtió que las estaciones con bandera ya están trabajando con cupos.
“Está sucediendo lo mismo que cada vez que un Gobierno de cualquier signo congela los precios: al principio está todo bien, pero llega un momento en que las petroleras no resisten más y no quieren vender, porque venden a pérdida. Esto se llama desabastecimiento”, afirma Bornoroni.


Según Centenaro, la consecuencia de este déficit de oferta es que los distribuidores, el poco combustible que consiguen, buscan comercializarlo más caro.
“Yo para asegurar todos los gastos que tengo hoy, debería estar cobrando el litro de gasoil entre 106 y 108 pesos. Lo cobro a 103. Pero la YPF que tengo cerca, lo tiene a 90,80. Ya nos cuesta estar en mercado, y con un escenario como el actual, más aún. Si actualizo a los precios que me piden, quedo completamente fuera”, enfatiza.
Los últimos mensajes que le llegaron a Centenaro muestran que, para comprar gasoil a nivel mayorista, le piden 96 pesos. Es decir cinco pesos más que el valor minorista de sus competidores. Por la nafta, tiene que pagar 106,30, contra 99,40 de valor en el surtidor de una YPF.
“Si compro a 10 y vendo a 10, es imposible mantenerse por el resto de los costos. Ya estamos haciendo el máximo esfuerzo para poder ajustar los números y al menos tener combustible para no perder clientela, porque cuando una persona viene dos o tres veces y no hay, no viene más”, lamenta.
Desde su punto de vista, un problema es que las estaciones de este tipo están “huérfanas”. Si bien deben cumplir con los mismos indicadores de seguridad, habilitaciones y auditorías que las expendedoras con bandera, no tienen garantías de abastecimiento.
“Está bien que seamos parte de los deberes, pero también queremos ser parte de los derechos. Que nos doten al menos de contratos especiales que nos den un marco de previsibilidad”, agrega.

EN EL INTERIOR
Por ahora el tema no ha tomado mayor trascendencia, porque la problemática no ha llegado con fuerza a las grandes ciudades, donde dominan las estaciones con bandera. En cambio, en los pequeños pueblos del interior es donde es más común que operen las “blancas”.
La alerta fue encendida por la Cámara Empresaria del Autotransporte de Cargas (Cedac) el último miércoles.
En un comunicado, la entidad dijo que muchos socios advirtieron que los proveedores no están abasteciendo con la continuidad que lo venían haciendo y que para poder conseguir gasoil tenían que pagar valores “claramente por encima del precio del surtidor”.
Bajo este panorama, la Cedac subrayó que, si esta situación se profundiza, podría verse afectada la distribución de la última milla, así como también la logística nacional e internacional.
Rolando Pérez, gerente de la Cedac, afirmó a La Voz que el problema comenzó a escalar durante el último fin de semana en Alcira Gigena, y luego se reportaron inconvenientes similares en San Francisco, Villa María, Laboulaye, Río Cuarto y Arroyito, donde los distribuidores no están teniendo combustibles.
“La dimensión es más grave de lo que pensamos. Es algo que se está generalizando, y lo que se está viendo es la punta del iceberg. El problema por ahora está más que todo en el interior, pero no va a pasar mucho hasta que llegue a la Capital”, puntualizó.