CARTA DE LECTORES: "ESTACIONEROS HEMOS NATURALIZADO CAMBIOS SISTEMATICOS QUE NOS PERJUDICAN" Por Alejandro Di Palma.

Hemos naturalizado cambios sistemáticos, algunos pequeños y otros mayores pero que siempre sostuvieron una única dirección, en contra de nuestros intereses.

Es que nuestro sector ha sido tan poco inteligente (idiota) al NO haber reaccionado frente a sucesivos impactos, hoy estamos frente a un complejo fenómeno multidimensional, una suerte de polígono de caras irregulares donde cada cara representa un problema, su dimensión la importancia del mismo y quizás el Area del polígono podría ayudarnos a interpretar la profundidad de nuestra problemática general.

SEÑALO A MODO DE EJEMPLO ALGUNAS ARISTAS DE ESTE POLÍGONO IRREGULAR: 

-Hace no mucho tiempo las empresas Petroleras sostenían a su estricto cargo el costo de mantenimiento de los surtidores, hoy el cargo del correcto funcionamiento y de las modernas certificaciones anuales requeridas, es estrictamente nuestro.

Hoy nos vemos responsables exclusivos del costo y acción de materializar toda adecuación de equipos para precios unitarios mayores a $99,99.

-Las rentas que surgen de la venta de combustibles, fueron reducidas bajo el pretexto de que nuestro negocio era operar un Minimercado (el oportuno "nuevo paradigma del sector"), un quiosco cuyas ventas sostienen un pasivo laboral cada día mayor y que a pesar de la desaparición de los kioscos de ventana no cierra, aún así toda petrolera cobra (aún durante la pandemia y con ventas nulas), un canon por el uso de una imagen pretendiendo una trayectoria sumaria y similar a "Mac Donalds", con publicidad a nuestro estricto cargo.

-En el caso del GNC las Petroleras sin excepción se interesaron por el cobro de un canon por el uso de colores, concepto absolutamente abstracto y cuasi surrealista, hoy vemos como de la mano de un “Plan Gas” gestado en forma inconsulta y a “las corridas”, se ofrecen como proveedores de nuestra materia prima proponiendo en principio un valor linkeado a la nafta Súper.

-Las rentabilidades unitarias por las ventas de combustibles, han sido reformuladas, por un lado bajo pretendidas ventas promedio que contrastan con la realidad nacional y por el otro, por supuestos quebrantos que aseguran soportar las Empresas Petroleras, mientras día a día son más poderosas e inclusive la única realidad tangible es el quebranto de nuestras PYMES, que fueron estresadas en el transcurso de esta pandemia que no cesa, con el sostenimiento absurdo de todas las políticas comerciales diseñadas por ellas, como si nada hubiera pasado y ante la inobservancia de un Estado que interpreta como única salida para el país m, a una alianza estratégica con estas Empresas Petroleras.

-Los contratos que nos vinculan comercialmente con las Petroleras son simples contratos de adhesión, nulos de toda nulidad jurídica, que permiten que las Petroleras se desentienden luego de su extinción, de todo pasivo medioambiental y/o laboral, dejando esas pesadas cargas sobre nuestros hombros y con un intercambio económico que hace rato no pueden justificar estos pasivos.

-Mientras lo anterior ocurre con las estaciones de servicio que consiguieron ser seleccionadas” por las Petroleras, un ejército cada día más invisible de PYMES siguen un camino de extinción, es que la entrada de una estación al “ostracismo” implica una sentencia de muerte de la mano de los sistemáticos períodos caracterizados por la desaparición de oferta de combustibles... un destino demasiado común en el interior profundo del país, donde duele la concentración de las grandes urbes, porque explica una lenta agonía. 

-Las Petroleras, a través de sus "ventas directas", se han apropiado de cuánto cliente cuasi grande han individualizado, hoy la apropiación de nuestros clientes tiene un formato distinto, el de las tarjetas corporativas, una nueva perversión donde las empresas venden combustible directo, a través de NUESTRAS estaciones de servicio, NUESTROS empleados y NUESTROS stocks, como contraprestación, una renta absolutamente miserable. 

No existe destino de fracaso más contundente que la falta de rumbo, resulta incontrastable la dirección que el sector nos propone, un destino ruinoso que solo puede desestimarse de la mano de alguna pretensión vanidosa relacionada con una supervivencia personal a pesar de un destino general caracterizado por el colapso masivo.

Sin perjuicio de la posibilidad anterior, es interesante analizar como origen de la desactivación sectorial de toda defensa corporativa, los mismos razonamientos individualistas que abonan la teoría expresada en el párrafo anterior. Es decir, la desestimación o banalización de las problemáticas sectoriales de la mano de una semi-certeza de supervivencia individual.

Como sea que fuere el origen, hemos visto cómo han avanzado sobre nuestras rentas, las modificaciones y pretensiones de un mercado minorista condicionado exclusivamente por la voluntad de las Empresas Petroleras.

Nuestra agenda de problemas, se ha agrandado tremendamente como así mismo el análisis individual de cada problema se ha complicado en forma logarítmica, resulta imperativo iniciar un camino distinto que nos permita suavizar la problemática y esto será alcanzado únicamente de la mano de una actitud gremial (corporativa) diferente, donde la construcción de una sociedad con los gremios de los trabajadores, fundada en el respeto mutuo, será indispensable.

Alejandro Di Palma
24/02/2021