El geólogo Favio Casarín repasó la historia de la minería en Argentina
Al cumplirse los 250 números de la revista Prensa GeoMinera, publicación que se editó por primera vez en el año 2002, el abogado y geólogo repasó el inicio de la minería en el país y el estado actual de la actividad.
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Al cumplirse los 250 números de la revista Prensa GeoMinera, publicación que se editó por primera vez en el año 2002, el abogado y geólogo repasó el inicio de la minería en el país y el estado actual de la actividad.
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DESTACAN QUE LA CRISIS ACTUAL PONE A PRUEBA AL SECTOR MINERO

El geólogo Favio Casarín repasó la historia de la minería en Argentina
Al cumplirse los 250 números de la revista Prensa GeoMinera, publicación que se editó por primera vez en el año 2002, el abogado y geólogo repasó el inicio de la minería en el país y el estado actual de la actividad.


"La minería, si bien tiene más de 200 años en este país, considerando los gobiernos patrios, con la primera Ley de Fomento Minero dictada por la Asamblea del Año XIII, podemos decir que fue descubierta en los últimos 30 años", aseguró en un diálogo mantenido con El País Diario.

Favio Casarín es abogado y geólogo, estudió en la UNC, UBA y University of Texas. Es especialista en Energía, Petróleo y Minería. Además, es un apasionado de la música y la filosofía.

En relación a la minería en Argentina, recordó que "los impulsos comenzaron en el año 1994 con la sanción de la Ley N° 24.196 de Inversiones Mineras, y reforzados diez años después, cuando el por entonces Presidente Néstor Kirchner en el 2004, y en oportunidad del lanzamiento del Plan Minero, incluyó a la minería como política de Estado".

"Lamentablemente, el propio sector minero no aprovechó las circunstancias, y en la última década ingresó en un cono de sombras que se volvió cada vez más oscuro con el transcurrir de los años", señaló, al tiempo que agregó que "hoy, en pleno 2020, deambula hacia una minería residual, muy lejos de la política de Estado del año 2004".

Aseveró que "sumido en un imaginario ideal e irreal de que ante el hecho de poseer recursos geológicos, sólo se necesita decisión política para atraer inversiones, el sector minero se fue alejando de la sociedad, concentrándose en el lobby, encerrada en un pequeño grupo ensimismado, que no puede pese al demostrado fracaso, abandonar su propia alienación".

Afirmó que la minería en Argentina "confundió elementos claves: comunicación con propaganda y publicidad; responsabilidad social empresaria con dádivas; relaciones comunitarias con arreglos con los referentes; motivación con slogans mentirosos; licencia social con licencia política; políticas concretas con discursos vacíos de contenido".

"Así, poco a poco, como el agua que va erosionando la piedra, se fueron socavando las posibilidades de desarrollo de una minería federal en todo el país", detalló, y dijo también que "fueron llegando las leyes antimineras en las provincias, mientras los referentes se alejaban de la realidad y se aplaudían en hoteles en las provincias presentando lo que minería puede ser. Los sectores antimineros fueron ganando espacio a costa de la propia torpeza minera. Jamás soñaron con semejante regalo, ni con las facilidades de que dispusieron".


Casarín sostiene que "estas asimetrías en las distintas provincias, fue provocando el alejamiento del Estado Nacional que debió, y debe volver a ser, el real impulsor de la industria, más allá de que el dominio del recurso pertenezca a las provincias. El inversor, viene al país, no a una provincia; si abandona proyectos, abandona el país".

En otro tramo de la charla con El País Diario, el especialista sostuvo que "el concepto de minería de aldea, sostenida en argumentaciones parecidas a los adelantados que en la época de la colonización fundaban poblaciones, no se compatibiliza con el criterio que debería imperar en estos tiempos, con menos fronteras internas y mayor desarrollo regional con participación e inclusión social".

En relación a los recursos de cada distrito, fue claro, y recordó que "se había instalado hace años, y aún perdura con fuerza en algunos referentes, el slogan de Cada provincia decide que minería quiere y como hacerla. Simpático slogan para no ocuparse de los problemas, y para ocultar la ignorancia de que más allá del dominio provincial o nacional de los recursos mineros, existe una Constitución Nacional con una doctrina que establece notoriamente la diferencia entre dominio y jurisdicción. Y por cierto, también un Código de Minería de la Nación, que es de fondo y forma, que entre sus principios señala que la actividad minera es de Utilidad Pública".

La consecuencia fue que en la última década San Juan no puso en producción ningún proyecto metalífero, al igual que Catamarca, las dos provincias cordilleranas mineras por excelencia. Sólo Santa Cruz salvó la ropa, con dos proyectos.

Los números no mienten y reflejan la consecuencia: la minería exportó por 5.400 millones de dólares en el año 2012, y luego exportó 3.200 millones en el 2019. Una caída estrepitosa que da la razón a los conceptos vertidos por Casarín.

"A partir del año 2016, el nuevo gobierno anunció la creación del Ministerio de Energía y Minería, un sueño de gran parte del sector, de darle a la minería el rango que necesita dentro de la estructura del Estado, y retornar a la senda de política de estado. Fue sólo una puesta en escena, con una escenografía desvencijada y un libreto desactualizado", recordó el geólogo, y señaló que "la representación duró un suspiro, ya que el propio espacio político terminó por derrumbarla: apenas dos años después, desarmó el Ministerio, y la minería fue reducida a una oficina administrativa inoperante, y a cargo de personas sin experiencia en el sector. Del arranque con pretensiones de que la minería ocuparía una gran ópera en un teatro lírico pasó a ser una payasada en un circo".

Dijo también que "al borde de la catástrofe, la esperanza llegó con el recambio de gobierno en diciembre 2019. Claro que a la esperanza, hay que dotarla de contenido, y la minería continúa deambulando por el camino declinante de los últimos años, a la espera de políticas contundentes que reviertan o al menos intenten, retomar la senda del desarrollo. Dentro del estado, carece de autonomía legal, administrativa y financiera, siendo una dependencia de otro ministerio".

En un intento de rescate salvador, se viene desde algunos sectores tratando de instalar que lo que se necesita es otorgar mayores ventajas al inversor, y surgen proyectos tales como descontar regalías mineras si se realizan obras públicas.

Dijo que esto es "muy peligroso, porque de un escenario de decadencia como el que indica el título, algunos están al borde de un complejo donde inferioridad y de sometimiento, dispuestos a entregar lo que sea, a cambio de los que lo que nos quieran dar".

Sostuvo que "es innegable como las distintas 250 ediciones de la revista Prensa GeoMinera fueron reflejando el auge y caída de la minería. Señalando los aciertos, y remarcando aún más los errores. Y así debe ser en el periodismo temático. Poner mayor énfasis en el error que en el acierto. Los aciertos, en la minería han tenido publicidad paga desde los funcionarios públicos de ocasión y desde las empresas. Los errores, necesitan la voluntad de que alguien los haga trascender para corregirlos. Las páginas de PGM han reflejado, a veces crudamente, este camino. Pero siempre con verdades, y respetando las opiniones y la libertad de sus articulistas y colaboradores".

Casarín opinó que "la coyuntura actual es difícil pero, a su vez, nos pone a prueba. Una prueba que, sin dudas, es a todo o nada. La primera década del siglo actual, nos demuestra que se puede generar desarrollo y beneficios para las comunidades, las provincias y el país. Pero, también, las segunda, indica que se puede fracasar, destruyendo en lugar de generar. En nosotros está elegir".