EXPOSICION DEL INTERVENTOR DEL ENARGAS EN LA AUDIENCIA PUBLICA (GENTILEZA DE OETEC)

Bernal comenzó su alocución agradeciendo al Presidente Alberto Fernández por depositar en él su confianza para "llevar adelante, según lo dispuesto por el Decreto N° 1020 de Diciembre de 2020, el proceso de renegociación de la Revisión Tarifaria Integral de 2016/17 del servicio público de gas por redes, proceso que suspende los acuerdos correspondientes a las RTI vigentes y establece un Régimen Tarifario de Transición".


Precisamente, este último Régimen (RTT) fue el objeto de la Audiencia Pública convocada por el ENARGAS en el día de ayer. Y a razón de ello, su Interventor, aprovecho la oportunidad para encarar el tema tarifas, energía y servicio público desde un punto de vista completamente distinto al que venían sosteniendo las anteriores gestiones del organismo.

Bernal sentó su análisis sobre la base de la justicia y al acceso a la energía como derecho social, promotor de otros derechos humanos de jerarquía constitucional, así como herramienta indispensable del desarrollo económico y productivo de la Argentina en calidad de Nación independiente, justa y soberana.


Fuente: ENARGAS (16 de marzo de 2021).

Asimismo, el Interventor puso en el centro de la escena a los usuarios y usuarias del servicio público como "sujetos de derechos" y aclaró que el concepto técnico-jurídico de "servicio público" escapa a la libre interpretación u opinión de funcionarios o funcionarias. Porque cuando se cuestiona su alcance, "peligra nada más ni nada menos que un derecho social".

Ello fue lo que "efectivamente sucedió entre 2016 y 2019, donde no solo peligraron, sino que fueron directamente avasallados" [los derechos], apuntó Bernal en clara referencia a los dichos vertidos públicamente por el entonces ministro de Energía, Juan José Aranguren, sobre la supuesta no vinculación entre energía y derechos humanos.

Vivienda adecuada, vida digna, justicia y razonabilidad
En línea con dicha relación, Bernal puntualizó en un informe de la ONU referido a lo que se define como "vivienda adecuada" para la vida digna, partiendo del Artículo 11.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

"Vivienda adecuada... significa disponer de un lugar donde poderse aislarse si se desea, espacio adecuado, seguridad adecuada, iluminación y ventilación adecuadas, una infraestructura básica adecuada y una situación adecuada en relación con el trabajo y los servicios básicos, todo ello a un costo razonable", citó el funcionario.

Y explicó que en dicho Informe se enlistan siete factores o condiciones que hacen de una vivienda "adecuada", entre los cuales importan puntualmente dos: 1) "disponibilidad de servicios" (derecho a una vivienda adecuada es poder acceder a "recursos naturales y comunes, a agua potable, a energía para la cocina, la calefacción y el alumbrado", entre otros servicios); y 2) "gastos soportables" (allí se aconseja a los Estados "adoptar medidas para garantizar que el porcentaje de los gastos de vivienda sean, en general, conmensurados con los niveles de ingreso").


Fuente: ENARGAS (16 de marzo de 2021).

En sintonía con lo anterior, y haciendo hincapié en los avatares vividos por la sociedad argentina en tiempos de Mauricio Macri, el representante del ENARGAS reflexionó: "Cuántas verdades ignoradas en los últimos años. Cuántos derechos avasallados". Y recordó el pedido expreso del Presidente Fernández para que las tarifas de los servicios públicos de gas y luz vuelvan a sean justas, razonables y asequibles.

"Que se puedan pagar; tarifas para la equidad distributiva y la sustentabilidad productiva", sostuvo Bernal en sintonía con el discurso que el Primer Mandatario dio en la apertura de sesiones del Congreso Nacional el pasado 1 de marzo (ver bibliografía), donde había expresado: "la pesadilla de tener que decidir entre alimentarse y pagar los servicios, la incertidumbre permanente de no saber cuánto iba a venir de luz y gas ha llegado a su fin".

Acto seguido, el funcionario del ENARGAS abordó los conceptos de "justicia y razonabilidad" de las tarifas, advirtiendo que no fueron un "invento de algún jurista inspirado una noche de verano" sino que entierran sus raíces en la historia de la legislación, desde el Código de Hammurabi (1.750 A.C.), pasando por Aristóteles y el Derecho Romano, y llegando hasta el derecho inglés y estadounidense.

En lo que concierne a las leyes argentinas, Bernal explicó lo que establecen respecto a tarifas justas y razonables la Ley del Gas 24.076 (Arts. 2, 38 y 39); la Ley de Reforma del Estado 23.696 (Art. 15); la Ley de Solidaridad Social y Reactivación productiva 27.541; y el Decreto 1020. Asimismo, se refirió especialmente al Fallo "Cepis" de la CSJN del año 2016 (ver bibliografía).


Fuente: ENARGAS (16 de marzo de 2021).

El debate cultural (no economicista) por la energía
A efectos de resumir todo lo expuesto, el Interventor del ENARGAS señaló que a la íntima, positiva y obligada interrelación entre el servicio público de gas por redes -un derecho social- y la realización de derechos humanos no la tiene que demostrar nadie. "Basta leer, estudiar y respetar nuestra Carta, nuestras leyes y normas".

E insistió en el interés de ciertos sectores por tratar de presentar a la energía como una cuestión meramente económica, esto es, de índole fiscal. ¿Cuánto representan los subsidios en el PBI? ¿Cuánto gas se exporta o importa? ¿Cuál es el saldo de la balanza comercial? ¿Cuánto se "gasta" -porque la palabra "inversión" escasea- en energía? Estas son algunas de las preguntas que repite la prensa, especializada como no.

Ante ello, Bernal disparó: "En todos esos análisis falta algo medular; brilla por su ausencia un componente fundamental que no solo no puede estar ausente, sino que debe ser EL parámetro excluyente a la hora de analizar la salud de un sistema energético y de sus servicios públicos: el ser humano".

En efecto, carecen dichas lecturas del eje en el que debería sentarse cualquier política energética: las y los argentinos de carne y hueso, y sus respectivas necesidades y condiciones de vida. Excluirlos del análisis es ceder ante la visión mercantilista de la energía que imperó en tiempos de Cambiemos, y que sigue operando sobre la opinión pública.

Por eso Bernal se detuvo sagazmente en la infame frase de Prat Gay sobre la boleta de la energía medida en cantidades de pizzas. "¿Por qué nadie se pregunta en términos de "pizzas" lo que se paga por la salud en un hospital público? ¿Por qué nadie se pregunta en términos de "pizzas" lo que se paga por la educación en el sector público? ¿Qué es lo que subyace detrás de esta forma de razonar la energía? La Energía disociada de otros derechos sociales y derechos humanos", reflexionó el funcionario.


Fuente: ENARGAS (16 de marzo de 2021).

Y complementó su análisis alegando: "Algo pasó, en algún momento de la historia reciente, y no solo en la Argentina, sino en buena parte del mundo, que culturalmente se logró escindir a la ENERGÍA y a sus servicios públicos del resto de los derechos sociales y los derechos humanos. En el ojo de la tormenta los servicios públicos del gas y la electricidad, que están protegidos y consagrados como derechos sociales en la Constitución Nacional y son garantía de derechos humanos".

Claro que algo paso, y alguien o algunos también. Subyace en todas las lecturas colonizadas una visión cultural de la energía que intenta culpabilizar al ser humano de su consumo energético, pero no a cualquier ser humano -agregamos humildemente nosotros-, específicamente y con más énfasis al que habita en el hemisferio Sur, en las zonas más empobrecidas y expoliadas por los centros económicos mundiales.

Porque una economía sin energía, esto es, con un aparato productivo e industrial atrofiado y una sociedad inconsciente de sus derechos energéticos, disminuida en su capacidad de consumo, y para colmo culpabilizada, no constituye competencia alguna, es decir, no mueve el amperímetro del poder mundial.

Conclusión
Debido a esto, y considerando que todo análisis energético es también cultural y político, creemos que el discurso de Bernal es de carácter histórico. Nunca antes tan clara la correlación entre energía, economía y sociedad. Nunca antes tan explicitados los intereses en juego. Nunca antes tan centrado el debate sobre la importancia de las y los usuarios, de contar con una ciudadanía empoderada.

Como bien sostuvo el Interventor del ENARGAS todavía hay un "debate no saldado en materia energética y de servicios públicos, obligado para esta nueva etapa del servicio público de gas por redes inaugurada por el Presidente de la Nación, bajo las premisas de tarifas justas, razonables y asequibles, equitativas en lo distributivo y sustentables en lo productivo".

Esperamos que dicho debate se celebre en mejores condiciones para las y los argentinos, entendiendo que cuando se discute el rol de la energía lo que se pone sobre la mesa no son únicamente balanzas energéticas superavitarias o deficitarias, o posibles "ahorros" fiscales, mucho menos cantidad de pizzas que se pueden adquirir por el valor de una tarifa, sino, fundamentalmente, derechos sociales, calidad de vida, justicia social y distributiva, crecimiento económico, producción, industrialización y mercado interno. En definitiva, la posibilidad siempre presente de engrandecer nuestra querida Patria.