BIODIESEL: LAS VENTAS TOTALES ACUMULAN UNA BAJA DEL 36% EN 2021

Esta semana informamos en base a datos oficiales de la Secretaría de Energía que las ventas de bioetanol crecieron 24,3% en el acumulado a abril de 2021 tras dos años de caídas consecutivas

Resta ahora analizar las ventas totales (al corte + mercado interno) de biodiesel, que aún no logran recuperarse y acumulan un retroceso del -36% interanual para el mismo periodo. Siguen siendo las peores, al menos, de los últimos diez años.



Fuente: OETEC en base a datos de la Secretaría de Energía.

Como se observa en el gráfico anterior, el acumulado de los primeros cuatro meses del año muestra un desplome de 36% en las ventas totales (al corte + mercado interno) de biodiesel. El dato es el peor de los últimos diez años, en términos porcentuales y volumétricos.

A su vez, colocando la lupa sobre las ventas al corte, el periodo analizado de 2021 también exhibe una baja interanual del 31,8%. Aquí lo mismo: una involución de una década. Lógicamente, la situación es más que preocupante.


Fuente: OETEC en base a datos de la Secretaría de Energía.

Lo anterior se explica por una serie de factores actuando en conjunto y se relacionan con la crisis que el sector vivió en tiempos de Mauricio Macri; el efecto de la pandemia; la caída en la demanda de combustibles; el incumplimiento de las petroleras en los porcentajes de corte; el aumento en los costos de producción (principalmente del aceite de soja); y la publicación intermitente de los precios oficiales de venta.

En este escenario, el eslabón más débil y perjudicado de la cadena está conformado por las PyMEs dedicadas a la venta y elaboración de biodiesel para abastecer el mercado interno y que no tienen otro tipo de salida productiva para subsistir como sí las grandes empresas integradas, que pueden cosechar los campos y exportar cereales, biodiesel o subproductos derivados de la soja a Europa.

Esperamos que la pronta sanción del nuevo Marco Regulatorio para los Biocombustibles, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados  otorgue un manto de seguridad y previsibilidad para las pequeñas y medianas empresas del sector, una fuente indispensable para el funcionamiento de las economías regionales, la industrialización del agro, la generación de empleo y el arraigo en el interior del país.