TRABAJADORES DEL GAS REPUDIAN SINDICAL A LA VIOLENCIA GUBERNAMENTAL: LA CGT EN PRIMERA LÍNEA DE RESISTENCIA

Pablo Blanco, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Gas (STIGAS), arremetió contra la violencia perpetrada por el gobierno libertario, tanto hacia las instituciones del país como hacia el propio pueblo trabajador. Blanco respaldó firmemente la postura de la Confederación General del Trabajo (CGT) en su lucha contra las acciones del Presidente Milei que socavan la justicia social

El maltrato social, según Blanco, es un fenómeno omnipresente que quedó patente con el reciente episodio en Corrientes, donde el Presidente Milei insultó a diputados, en línea con políticas agresivas que van en detrimento de las necesidades de la clase trabajadora. Desacreditar al poder legislativo con intentos de implementar Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y leyes omnibus, que en su mayoría tratan de la redistribución de recursos de los sectores populares y medios hacia los de mayores ingresos y el poder financiero, evidencia la prioridad del gobierno hacia intereses selectos.

En este clima de violencia institucional, la CGT se alza como un bastión de resistencia, buscando una estrategia propia como punto inicial de combate. Sin embargo, Blanco reconoce la necesidad de una unificación con iniciativas políticas más amplias para generar respuestas efectivas a través de las organizaciones políticas, ya que la CGT no puede abordar sola los temas políticos.

La ironía no pasa desapercibida cuando los políticos que apoyaron a Milei se ven atacados por el mismo régimen que respaldaron. La CGT ha reaccionado con prontitud, pero desde el movimiento obrero se demanda la formulación de un plan propio que contribuya a una estrategia nacional de cambio más inclusiva y abarcadora.

Blanco subraya que el movimiento obrero no puede suplantar la acción del espectro político, sino que debe complementarlo con una perspectiva amplia e inclusiva para combatir la exclusión y la pobreza que afecta al pueblo argentino, mientras los sectores neoliberales se apropian de los recursos del país.

La visión economicista que solo considera las soluciones desde una perspectiva macroeconómica, en opinión de Blanco, es un error histórico. La experiencia demuestra que estos enfoques sistemáticamente fracasan. Por ejemplo, durante el gobierno de Macri, la gestión de la tarifa de gas resultó en más de 80 mil usuarios desconectados del servicio y un número igualmente significativo de usuarios incapaces de pagar sus facturas, lo que generó pérdidas para las empresas proveedoras y una cadena de consecuencias económicas negativas.

La segmentación de tarifas, concebida como una medida sensata y orientada hacia el futuro, se ve desestimada por el gobierno de Milei, que opta por aplicar aumentos del 500% de manera abrupta, lo que Blanco califica de "locura".