LA PRODUCCIÓN MAICERA ARGENTINA: UN QUINQUENIO ESTANCADO Y RETOS TECNOLÓGICOS

Según el último informe publicado por la Asociación de Maíz Argentino (MAIZAR), la producción maicera en Argentina se encuentra estancada desde hace cinco años. Esta situación ha provocado una merma en las cantidades exportadas, afectando negativamente la participación del país en el mercado mundial del maíz.

El informe de MAIZAR detalla que, a pesar de los esfuerzos por mantener la producción a niveles competitivos, las cifras no han mostrado crecimiento desde 2019. Este estancamiento ha repercutido directamente en la capacidad exportadora del país, que se ha visto incapaz de aumentar sus volúmenes de exportación, perdiendo así terreno frente a otros productores internacionales.

"Estamos observando una tendencia preocupante donde, a diferencia de otros países que están ampliando su participación en el mercado global, Argentina está quedándose rezagada," comentó un portavoz de MAIZAR. Esta situación no solo impacta a los productores locales, sino que también tiene consecuencias económicas más amplias para el país.

Retroceso Tecnológico y Ambiental

El informe no solo revela problemas en la producción y exportación, sino que también subraya un retroceso en el ámbito tecnológico. La cadena de producción de maíz en Argentina ha dejado de mejorar sus indicadores ambientales, un área en la que antes se destacaba por su innovación y adopción de prácticas sostenibles.

Los datos indican que, en términos de adopción de tecnologías avanzadas y prácticas agrícolas modernas, Argentina ha ido a la zaga de países competidores. Esto no solo afecta la eficiencia productiva, sino que también tiene un impacto negativo en los indicadores ambientales, vitales para el desarrollo sostenible del sector.

El Desafío de la Industrialización Moderna

Ante este panorama, el desafío para la industria maicera argentina es retomar el camino hacia una industrialización moderna. Esto implica potenciar el vínculo entre biomasa, conocimiento e innovación, elementos esenciales para revitalizar la cadena productiva. Según MAIZAR, la clave está en integrar mejor la producción de energía, bienes y servicios de manera virtuosa y con una buena performance ambiental.

El sector necesita urgentemente políticas y estrategias que apoyen a los productores. Comparativamente, según datos de la OCDE, Argentina se encuentra en una posición intermedia en cuanto al apoyo al productor como porcentaje de ingresos brutos, con un 20%, superado por países como Noruega y Corea del Sur, pero aún por debajo de otros competidores importantes.

Conclusión

La producción maicera argentina enfrenta tiempos críticos, con la necesidad de superar el estancamiento de los últimos cinco años. Para recuperar y potenciar su participación en el mercado mundial, es imperativo adoptar un enfoque renovado que fomente la innovación tecnológica y la sostenibilidad ambiental. El informe de MAIZAR destaca que, con el apoyo adecuado y una estrategia clara, el sector puede volver a ser un motor de crecimiento y competitividad para la economía argentina.