RETOMAR UN CAMINO QUE NO DEBERÍA HABERSE ABANDONADO
En el Día Nacional del Desarrollo Científico y Tecnológico Espacial compartimos una nota de opinión del Dr. Ing. Marcos Actis, director del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de la Facultad de Ingeniería de la UNLP; vicepresidente institucional de la UNLP; y miembro del directorio de la CONAE.
Hoy 10 de
junio es un día de alegría y orgullo para todos los que creemos que la ciencia
y la tecnología constituyen pilares fundamentales para el crecimiento del país.
También debe ser una jornada de reflexión. Es necesario pensar qué debemos
priorizar para evitar que los proyectos se detengan y el progreso nacional se
estanque.
Hace
exactamente 10 años la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La
Plata (UNLP) celebró el exitoso lanzamiento del Satélite SAC-D Aquarius,
proyecto en el cual participó activamente. Tan relevante fue este
acontecimiento que, al año siguiente, se instituyó esta fecha como el "Día
Nacional del Desarrollo Científico y Tecnológico Espacial".
El satélite
fue lanzado desde la Base Vanderberg, en California, para monitorear los
efectos del cambio climático. Fue una misión conjunta entre Argentina y Estados
Unidos, y se logró plasmar mediante un convenio con la NASA. Fue el cuarto satélite argentino de
observación de la Tierra de la línea SAC (Satélite de Aplicaciones
Científicas).
El SAC-D
representó un gran desafío para el sistema científico-tecnológico nacional. En
ese contexto, los departamentos de Electrotecnia y de Aeronáutica de la Facultad
de Ingeniería, junto al Centro de Investigaciones Ópticas (CIOp) y al Instituto
Argentino de Radioastronomía (IAR), lograron conformar grupos de trabajo
interdisciplinarios para dar respuesta a los requerimientos presentados. Tal es
así que cuatro de los cinco instrumentos del satélite construidos en el país
fueron realizados en la UNLP.
El Grupo de
Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA), perteneciente al Departamento de
Aeronáutica, adquirió capacidades únicas de ensayo al participar en este
proyecto y recursos humanos que, posteriormente, intervinieron en el proyecto
Tronador y en el SAOCOM.
Grupo
interdisciplinario de investigadores de la UNLP que participaron del desarrollo
del satélite SAC-DGrupo interdisciplinario de investigadores de la UNLP que
participaron del desarrollo del satélite SAC-D
Además,
como consecuencia de este proyecto, se generaron nuevas pymes (IMER ANTENAS y
ARSULTRA S.A) que siguieron realizando trabajos para la Comisión Nacional de
Actividades Aeroespaciales (CONAE) y otros sectores.
Lamentablemente,
hubo un periodo en el que no tuvieron continuidad dos desarrollos muy
importantes que deberían haberse validado en futuros satélites. Me refiero al
Sistema de Posicionamiento Global (GPS), desarrollado por investigadores del
grupo Sistemas Electrónicos de Navegación y Telecomunicaciones (SENYT); y al
Sistema Satelital Argentino de Recolección de Datos Ambientales (DCS), del
Grupo de Investigación y Desarrollo en Comunicaciones Digitales (GrIDComD).
Este último instrumento es una herencia del profesor Emérito de la Facultad de
Ingeniería, Hugo Lorente. Ambos equipos de investigación pertenecientes al
Departamento de Electrotecnia.
Actualmente
el GPS tiene la oportunidad de validarse en el proyecto SABIA-Mar (SAC-E). Se
trata nada menos que la próxima misión satelital argentina que tendrá como
objetivo la observación de la Tierra con aplicaciones prioritarias en el
estudio del mar y de costas. Esperamos que siga el camino exitoso que tuvo en
las pruebas de los cohetes VEX del proyecto Tronador. El DCS también será parte
de la misión. De esta forma, retomamos un camino que nunca debería haberse
abandonado.
Estoy
convencido que el círculo virtuoso generado por el SAC-D debe repetirse.
Tristemente venimos de un periodo de cuatro años, entre diciembre de 2015 y
2019, en que el sistema científico-tecnológico fue relegado en la participación
de estos proyectos de desarrollo. Volvió a ser considerado nuevamente a partir
del año 2020.
Anhelo que
llegue el día en que los procesos de desarrollo tecnológico y los grupos de
trabajo iniciados puedan seguir consolidándose de manera independiente, más
allá del gobierno de turno que dirija al país. Todos tenemos nuestras propias
ideologías, pero no se pueden censurar proyectos de punta y de valor agregado
por el mero hecho de haberse concretado en un periodo político distinto al que
esté en funciones o por la presencia de participantes que tienen ideas no
afines al gobierno de turno.
Este 10 de
junio renovamos las esperanzas de trabajar por la soberanía espacial,
fortaleciendo los sectores de desarrollo tecnológico. Las universidades y
centros de investigación, junto al sector productivo, podemos seguir generando
el valor agregado que tanta falta hace para el crecimiento del país.
Por más
soberanía, ¡feliz día!