LA LAPICERA COMO ELEMENTO DE EJERCICIO DEL PODER
Así fue que finalmente después de 3 años de hacer la plancha, el Presidente se animó a decidir de acuerdo al mandato que le dio el pueblo en las urnas del 2019. Es un primer paso, pero quedan innumerables lapiceras por usarse.
La despedida del
Ministro de la Producción Matías Kulfas no solamente marca un antes y un
después en la relación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, sino que
abre la ventana a un panorama que puede llegar a beneficiar al gobierno de cara
a los meses de gestión que le quedan.
Para derrotar a
la inflación es necesario que el Presidente muestre nuevamente el poder que le
fue inferido por la ciudadanía de la misma forma que lo hizo este fin de semana
con un ministro que demostró durante todo este tiempo que lejos de fortalecer
la producción, abdicaba ante cada una de las “apretadas” del poder empresario.
Los formadores de
precio a los cuales nadie por el momento los expone ante la sociedad deben ser
los próximos receptores de la lapicera presidencial, lo que rápidamente puede
generar en la población un renacimiento del apoyo popular al presidente.
Decir que
Cristina le maneja el gobierno a Alberto, es jugar para la derecha y los
sectores concentrados de poder que hasta la caída de Kulfas, se movían como
peces en el agua satisfaciendo todas sus ambiciones con el hambre del pueblo.
Es necesario que
el Presidente de la nación, fortalecido por su decisión de modificar el
gabinete, aproveche este impulso ahora para seguir haciendo los cambios que
sean necesarios, pero también para poner blanco sobre negro ante la oposición de
que los debates internos de la coalición gobernante, si se hacen públicos pueden resultar positivos para la marcha del
país.
Sin lapicera
afilada, habrá más especulación y más avance de los grupos de presión y
organismos de poder por sobre los intereses y derechos del pueblo trabajador
que ya no soporta más impactos sobre el escaso poder adquisitivo de sus
ingresos.
Es deber del
gobierno peronista imponer el poder que el pueblo le otorgó en diciembre de
2019, con memoria y fuerza para activar lo pendiente: abastecimiento de
combustibles, alimentos para todos, que los que la fugaron paguen la deuda y
que los funcionarios que no funcionan se vayan con Kulfas, sean albertistas o
sean de La Cámpora.
Alberto, por
último deberá ejecutar las buenas intenciones que por el momento solamente
quedaron en palabras: la Estatización de Vicentín, la ley de electromovilidad,
la ley de medios que nunca se volvió a implementar desde que Macri y Clarín la disolvieron
en los hechos a pesar de que sigue vigente.
El juicio y
castigo a los fugadores y a los corruptos que aún hoy siguen tirando veneno en
los medios hegemónicos y cientos de lapiceras que aún están esperando por ser
usadas y que serán la herramienta de recuperación de la confianza en el
gobierno y de la esperanza de la gente.
De lo contrario,
el resultado tan temido con los macri, los Milei, las patricias, los lanatas y
las Canosas es inevitable.